DulceAgrio

Trucos y tácticas

Con café en mano, aquí estoy como siempre Hitch para presentaros una táctica muy recurrida pero cuando tienes una relación, para darle la continuidad y no caer en una fea rutina, como ya sabéis siempre digo que la rutina no es más que integrar a alguien en tu vida diaria, es inevitable, para mí no es un concepto malo siempre que no lleve a la pasividad.  Bien, para que nuestra relación tras el paso de mucho tiempo no se deteriore, no es más que una sorpresa, parece que es el tema de este mes en mi blog pero es verdad, es un buen método. Yo soy de los que piensan que las mentiras si son piadosas, son positivas, no me confundáis no quiero que engañéis quiero lo siguiente. Un día salís del trabajo obviamente cansados, no queréis ver a nadie y antes al principio de la relación sacabas fuerza de la nada para ver a tu pareja pero algo está cambiando, en realidad, estamos cansados y declinamos quedar pero mentiremos, diremos que nos hemos puesto malo que prefieres descansar en casa y mañana no vas a trabajar para ponerte mejor. Al día siguiente por la mañana te despiertas dos horas y con todo preparado te plantas con el desayuno en su casa y la mejor de tus sonrisas. Verás y comprobarás como ese simple detalle da un pequeño empujón pero ahora entre tú y yo, las sorpresas hay que contemporizarlas, si te ofreces y sorprendes cada día convertirás dichos regalos en algo dentro de tu vida y, por lo tanto, de tu rutina. Confía en mí, sé detallista y controla cuando.

Historias de un seductor

Seguimos con los episodios entorno a las sorpresas, si recordáis en el post de la semana pasada nos quedamos en el día clave, hoy os contaré como fue. Andrés tenía todo controlado pero el día anterior Isabel le dijo que había dejado la universidad y se había puesto a trabajar, la estrategia se vino abajo y era turno de improvisar y «trabajar» como se hizo anteriormente, supo donde trabajaba  y desde ahí averiguó la dirección y el horario, por lo tanto, se ponía a sorprenderla. Ella pensando que él ni podría estar ni cerca, escuchó una voz que la sonaba mucho, era él, pero ¿cómo? Sin articular palabra ya esbozaba una sonrisa en ambos fueron cinco minutos pero como si fueran cien, aquellos momentos que una persona no olvida sea como sea. Es lo que siempre os digo, hagáis lo que hagáis que esa persona que es especial para vosotros que lo sepa. Además de sorprenderla el objetivo era volver a verla, lo merecía claramente Andrés así que tendría otra oportunidad de seguir avanzando con Isabel. Hasta aquí dejamos el post de hoy, la semana que viene la cita y cómo lo preparó Andrés. Con una frase en la mente «mañana es tarde«.

 

Ya sabéis si me queréis consultar alguna duda, que os aconseje, personalizadamente os atenderé en hitchblog@gmail.com